lunes, 9 de noviembre de 2009

Los novietes ajenos



Toda catik que se precie sabe que en su vida de catik hay algo sagrado que su lengua no debe tocar por mucho que le apetezca - y no es la hostia precisamente - : los novios de sus amigas. Si quiere conservarlas más le vale darse prisa en atacar a ese pibe que le gusta antes de que ellas se le adelanten porque después no es lo mismo y si tus amigas son tan promiscuas como tú, el plantel se puede reducir considerablemente. Da igual que le digas que ella ni se acordaba de su nombre, que se acordaba mira por dónde. Una buena catik cuando besa deja marca en los machos como los vaqueros en las reses, pura poesía, y no le gusta que se la difuminen o emborronen, robándole el ganado. Bueno, no será tanto, me diréis, en fin, pasemos realmente al aspecto serio de la cuestión: el problema en realidad de las catiks y las amigas no es sólo que te pueda gustar su chico sino que también puede ocurrir todo lo contrario. Por esos misterios insondables de la vida normalmente cada oveja va con su lobo y si te van los morenos, el pecosillo blandengue que ella adora te resbalará sobre la piel más que un plátano bajo la suela; lo cual no será óbice para que ella vigile, relajadamente, cómo funcionan los afectos entre sus próximos. Aquí es donde tienes que encontrar el equilibrio perfecto, ni que se note que el muchacho en el fondo te da asco ni que fingiendo simpatía sobreactúes y parezca que te cae estupendamente y os hagáis amigos para siempre, teniendo que soportar en adelante su compañía non grata. ¿Difícil verdad? A pesar de que el nuevo novio te salude la primera vez que te lo presentan con una gran carcajada abierta mientras te dice que tu mano está… muuy húúmedaaa… y además continúe riéndose la ¿gracia?! estentóreamente a sí mismo durante 10 minutos y luego se pase toda la noche limpiando la oreja de ella con la lengua y la suya propia con el dedo, y el índice en la chaqueta (no es que tenga nada contra la higiene); ella, si es algo celosa, pensará que esa gran sonrisa de compromiso que le dedicas, pues suelen ser más exuberantes que las de verdad, podría ser señal de que te has dado cuenta, igual que ella, de los muchos encantos de su hombre mientras que lo que te estás preguntando en realidad es de dónde demonios lo habrá liberado o por qué le gusta; algo que, si no llevas 6 copas, no le preguntarás a ella y aún menos a él (más que sea por si acaso te respondan y descubras de paso que allí, dondequiera que allí sea, hay más como él). Qué disgusto, en verdad, es que el novio de tu amiga resulte ser algo indeseable, peor que que resulte ser deseable. Pero, sea como sea, en ambos casos, catik, recuerda, mejor dejar la lengua quieta y no hablar con ella del asunto. Las amigas están siempre para hablar del novio propio y de la propia dieta, ojo al dato.