viernes, 19 de octubre de 2007

En el nombre de la Catiks



¿Por qué catik? Muy fácil. Dormitorio en casa del Pelusilla, escena de tiernos reproches:
- No me llamaste, cariñín
- ¡No tengo tu teléfono!
- Sí, me lo pediste el otro día.
- pues no, no, no lo tengo, piba.
- Sí, te lo apunté yo misma ¿te acuerdas? estabas muy puesto y no atinabas con las teclas.
- pues no lo encuentro. Mira - alcanza el móvil - Míralo tú misma ¡no está!
Echo un vistazo a la guía que amablemente me ha dejado abierta y leo:
Catik Eliza. Enarco las cejas y le doy flecha abajo. Catik Eva. ¿Eh? Tupido velo y flecha abajo. Catik Taytantos. ¡Sí! ¡es mi nº!
No, no me contestó, sólo esbozó una media sonrisa, torcida y pícara. Usé el google, como ustedes.
¿Qué hubieran hecho vuesas mercedes? Yo, un manual de autoayuda.