viernes, 25 de abril de 2008

Siendo una catik, con vida de catik, antes o después tenía que acabar allí. Tengan en cuenta que, según ese famoso aserto y por desagradable que suene, una no se acuesta sólo con la persona que es en ese momento tu pareja, sino también con la/s pareja/s de tu pareja y con todas aquellas personas con las que antes que contigo, haya él cómodamente y sin condón, practicado el sexo. A su vez, esas personas han tenido relaciones que han tenido compañeros, así que si aplicamos una lógica sensata probablemente nos hayamos acostado con toda la población mundial. Un bonito factor de riesgo.
Una vez que decides, discretamente, hacerte la prueba del sida, resulta que no es tan sencillo como parece pues a pesar de toda la información y publicidad que en este país se le ha dado, a la hora de la verdad, tus amigos no saben y en algunos mostradores de la seguridad social no tienen mucha idea y sí cara de susto. Finalmente, tras el apuro de preguntar, con tanta gente por en medio, incluyendo las colas, te enteras de que es con tu médico de cabecera con quien debes coger hora para que a su vez te dé cita con los analistas. También podéis ir a una clínica privada pero ésas son de pago y, más interesante, que lo sepáis, hay sitios donde se hacen análisis anónimos y gratuitos. Buscad en Internet para vuestro lugar en particular.
La sorpresa fue que cuando esperaba por los resultados, el tipo que me los iba a dar de pronto pegó un brinco en el asiento y me señaló una mancha de sangre entre mis codos preguntando de quién era. Llegamos a la conclusión de que era del chico al que acababan de pinchar para los análisis y la limpió. Cuando salí de allí miré mis dedos, que había estado llevándome a la boca antes de la limpieza y los descubrí manchados, de sangre. Se me pasó de todo por la cabeza, también que esa situación rocambolesca de pasarle a alquien podría ser a mí, por cierta propensión natural. Hasta que me acordé de que había estado rascándome una pequeña herida que tengo en el cuello...
Bueno, queridos compañeros de lecho, por carambola y con perdón, a cuidarse mucho.
Algunas cifras: la población infectada se estima en unos 33.000.000, esta cantidad es del 2007. Para que comparéis, la población de toda Australia, según la Wikipedia, es de unos 20.000.000, poco más. A continuación os doy algunos datos que no he podido comprobar pero he leído en algún sitio: las mujeres tienen el doble de posibilidades de contagiarse que los hombres. De cada10 mujeres infectadas sólo 3 lo saben. Gran parte de los nuevos infectados tiene menos de 24 años.
Y algo que, aunque evidente, parece que no lo es tanto en nuestras "intuiciones": en las primeras fases no se nota a simple vista, la persona puede aparecer perfectamente sana y saludable.
Os dejo otros enlaces, por esos lectores cubanos, donde quiera que vivan: