viernes, 4 de enero de 2008

Huye rápidamente. Mi mejor momento.



Dioooos! Esto es peor que la resaca! Una borrachera tan monumental que camino a casa decides que no puedes conducir y aparcas por ahí, en una calle cualquiera, a ver si se te pasa un poco. Como estar simplemente sentada no hace que se pase, sales afuera, después de dar, sólo mentalmente, unas cuantas y vertiginosas vueltas de campana, y pruebas a echar fuera del cuerpo eso que por dentro te está matando… Hoy no era el día ¡Larga vida al Rey! Sí, vomitas, con lo cual escapas de la muerte por intoxicación y te subes al coche a la parte de atrás donde te enroscas de mala manera hasta quedarte frita. Despiertas 3 horas más tarde, ya a plena luz del día y te haces consciente de que has aparcado, vomitado y meado en la acera de una de las calles de las mansiones más “chics” y ricas de la ciudad. ¡Qué casualidad! ¡La de veces que has soñado con vivir por aquí, en una de esas casonas, con cámaras de seguridad apuntando a la calle…! Bueno, hoy no va a ser el día, te despejas. Huye rápidamente, te aconsejas medio en broma, antes que alguien anote la matrícula. Y huyes rápidamente hasta el final de la calle sin salida. Media vuelta y repasas por donde has estado durmiendo la mona, ojos bajos, como si eso impidiera que te vieran, bellas casas, y huyes rápidamente. No tan rápidamente, maja, no te saltes el stop. Uy, menos mal que no venía nadie. Si bebes, no conduzcas. Continúas sola para casa, con lo mona que yo iba hoy, sí, es verdad que no estabas por la labor pero también es verdad que nadie te ha dicho ni mu. Si me tiñera de rubio, piensas, multiplicaría las posibilidades: x. O = O, pues sí. Te ríes ¿qué le pasará a la sociedad? Una sociedad en la que ir teñida de rubio, siendo morenaza como eres, ojos y piel oscuros y por lo que te queda de puta pena (probaste una vez a los 15 años), te asegura un 80% más de admiradores llamándote “princesa”. Sí, princesa ¡a mí!. En la que perder unos kilos ¿10? Te aumenta igualmente el número de pretendientes. Están todos chiflados. Bueno, tal vez soy injusta, quizás sólo bastaba con beber 5 cubatas menos… y haber nacido más tarde. Y, sin embargo, aquel que te estuvo contando toda la noche lo chunga (1) que era su novia… iba a decir que ni teñido ni con 10 kg menos… pero se me ha disparado la imaginación y… ¿Estaré chiflada también? Claro que al imaginarlo teñido también lo he imaginado con pelo. Sí, tal vez sea eso. De todas formas, sin los aditivos, sólo lo encontrabas un pizquitín atractivo desde que se echó novia y dejó por tanto de estar a tiro. ¡Dioooos! mejor me callo ya y escribo el próximo día sobre cómo solucionar las resacas y el desaguisado cerebral.

(1) antipática, desagradable, etc