viernes, 18 de enero de 2008

Mi novio ufano



Claro, con tanta inmigración antes o después tenía que ocurrir: un día te levantas con un novio ufano (sustitúyase la última palabra por la nacionalidad correspondiente, según el caso). Véase que no digo amante, los ufanos no son amantes, tienen vocación de novios, está en sus genes. Novios infieles, eso sí pero novios al fin y al cabo. A ellos lo de aquí te pillo, aquí te mato y si te he visto no me acuerdo no les va nada... y es que necesitan tiempo para desplegar su arte seductor. Cual pavo real que extiende su cola o grulla de Manchuria que danza para su pareja, ejemplo poco acertado por la fidelidad que demuestran estas aves, ahí está él con un bagaje de sabiduría amatoria aprendida en largas charlas con los amigos en el malecón o desde niño con sus amiguitas libres como el viento al igual que él. Desde la cuna los jalean y animan a ello. ¿Por qué no? Hay que disfrutar de los placeres de la vida, y a falta de Nintendo, cines o televisión nos queda la conversación, el baile, la música y el amor. ¿No suena mal, verdad? La conquista es su particular forma de arte y así como ponen el alma en la música o en el baile, igualmente lo hacen en el flirteo y en el amor. Ahí está el peligro, catiks, no olvidéis nunca vuestra condición de tales y no os dejéis engañar. Recuerda que un arte es un arte pero de ahí al amor verdadero va un gran trecho. Por muy halagada, elogiada, entretenida y amada que te sientas, recuerda siempre que no estás sola. Su energía es demasiado grande para una sola mujer y su arte demasiado elaborado para privar de él a todas las que se le acerquen. ¿Te imaginas a ese hermoso mulato diciéndole que no a una guapa chica que lo mira encandilada mientras baila o canta? Imposible. No entra en su cultura. ¿Por qué privarse? Sería de "comemielda" ¿no?
Sea como sea y dado mi espíritu aventurero y de investigación científica, en bien del colectivo de catiks, me he dejado enredar y como diría mi amiga la catik "¡te tengo que contarrr!". Los nacionales no se ofendan, mírenme como a la espía que se adentra en las filas extranjeras para luego contar las técnicas y tácticas del enemigo. Muchas de ellas pueden ser útiles ¡nunca se sabe!
La única verdad, volviendo a las catiks, es que, catik, ante un ufano te quedan 2 opciones:
1) aceptarlo y vivir también tu vida (que no te pille)
2) Por duro que resulte, decirle que no sabes bailar y que tienes novio. Así te dejará en paz... lamentablemente!