sábado, 29 de noviembre de 2008

LA NOCHE ME CONFUNDE


¡Ay, mi amor! ¡No sé si me confunde o es que yo ya estoy muy confundida!
La cosa es que según pasan las noches de juerga y sobre todo a medida que avanza LA noche de juerga, los sentidos se van embotando: El oído queda ensordecido por los decibelios, la vista se nubla por los vapores del alcohol, el olfato permanece neutralizado por el humo. Sólo queda el tacto,… ¡qué peligro! Ah, y el gusto o más bien gustazo según el momento, je!

En medio de esta confusión se desarrollan y crecen una serie de personajes variopintos: catiks, quinceañeros en busca de nuevas experiencias, parejas de todo tipo, gays…GAYS! Me gusta esta palabra, porque lo de maricón suena fuerte y lo de homosexual es relativo, pero lo de gay todos lo entendemos y queda muy IN.
Pues bueno, de ellos quiero hablar hoy y es que no es justo…me desconciertan. Mi amiga la catik es de esas mujeres que se encuentran a gusto con ellos, se ríe, les sigue el juego…Yo no. Si no los conozco nunca sé cómo reaccionar. A ver, se te acerca uno, con su aire afeminado y empieza a soltar “Ay chica, pero qué guapa eres, cuánto glamour, que vestido más bonitooo”
En primer lugar, ¿qué es esto? ¿Admiración, envidia, o es que se ha despertado su lado masculino? A mi me lían con sus “¡Pero qué pies más bonitos!, es que soy fetichista, ¿sabes? Sí, de los pies y los zapatos… ¡ay, y tus manos!, ¡déjame verlas bien! “
En una de esas conversaciones estábamos cuando mi amiga, en el calor del momento soltó que llevaba un tatuaje…
-¿Dónde? Fue la lógica respuesta –Enséñamelo, y yo te enseño mi piercing.
-Es que mi tatuaje no te lo puedo enseñar aquí…
-Ni yo mi piercing, ¡ja , ja! … Vamos al baño.
Allá que se fueron los dos alegremente mientras yo los miraba desaparecer, un poco inquieta la verdad…
Al cabo de un rato demasiado largo para mi gusto me acerqué al baño y toqué a la puerta. No tardó mucho en abrirse y salieron los dos. Por la cara de mi amiga supe que había visto el piercing.
-¿Qué tal? ¿Lo tenía dónde me imagino?
-Sí…, y le encantó mi ropa interior.
- ¿Para comprársela él?
-No creo. Por el tamaño de su erección creo que le gustó en otro sentido…
-¿Pero no era gay?
-Eso intentaba explicarle yo, pero él estaba muy ocupado intentando meterme la lengua y otras cosas

Al día siguiente lo primero que hice fue tener una charlita con mi hija sobre la homosexualidad y el tema colateral: “Las apariencias engañan”



jueves, 27 de noviembre de 2008

Tengo una vida sentimental complicada



Me estrechó entre sus musculosos brazos, cálidos y suaves, apretándome dulce e intensamente contra él mientras yo sentía un placer infinito y me embistió potente una vez más en un estertor final. Gimió y se estremeció en un frenesí glorioso mientras yo jadeaba muy excitada. Una vez en calma, volvió a abrazarme con ardor apasionado pidiéndome suplicante que le besara en la boca. Lo hice, lengua inquieta y desesperada contra lengua golosa y rastreadora, sumergidos en una activa lucha por encontrar de nuevo la luz del santo grial. La piel, humedecida y desnuda, contra la piel; el color y la belleza de ésta. Las formas, la saliva, los olores y la desnudez completa, perdido el sentido en medio de la calidez de la entrega amorosa y enfebrecida. Instinto y nada más.
La libertad.
Nos fundimos inconscientemente en un abrazo que nos unió en un solo bicho, el cual se durmió agazapado entre las páginas que componen, no una novela, sino una palabra: eternidad.
Oye – le dije un poco cohibida y cortada cuando hubimos terminado, aún entre los acogedores brazos y en la amplia cama de la preciosa habitación.
¿Qué? – me animó él cariñoso, acariciándome con ternura el cabello y preocupado al ver la expresión de mi rostro, creyendo quizás que le anunciaría algo que enturbiaría el momento pero no era eso. Vacilé y él volvió a acariciarme suavemente y me besó, como diciéndome que fuera lo que fuera, adelante, nada iba a pasar. Me lancé.
- Perdona ¿Cómo dijiste que te llamabas?

jueves, 6 de noviembre de 2008

HALLOWEEN


Mi amiga Lapares,a quien hace un tiempito que no veo, me ha enviado otra cartita ilustrativa y educativa donde las haya.
Realmente es de todos sabido que el hombre (genérico, me refiero al ser humano en general) como ser social que es, lleva una máscara que le ayuda a convivir y a reprimir sus instintos más básicos, lo cual a su vez le genera estrés y frustración que si no se canalizan sanamente pueden dar lugar a situaciones verdaderamente desagradables y violentas.
Es por ello que se inventó el Carnaval, antigua tradición fiestera que libera en tanto nos concede el anonimato o la usurpación de una identidad distinta. He aquí su carta:

Ay Catik!
No sé por qué me tienen que pasar a mí siempre estas cosas, pero como sé que te interesan estas historias del mundo nocturno, aquí va una pequeña anécdota:

La otra noche salí con mi aún maridito a una fiesta de Halloween. Sí, ya sé que esta celebración no pertenece a nuestra cultura, pero qué quieres que te diga, a mí me va la fiesta y el cachondeo, que es cultura universal…
Me puse mi vestido negro mini y unos taconazos para levantar los ánimos y las ánimas de más de uno, empezando por mi moreno que está un poco decaído últimamente y nos fuimos al concierto de su amigo el guitarrista. Ambientazo. Por todas partes había demonios, brujas y como siempre, muchos fantasmas, ja, ja! Estuvimos bailando sin parar y con el sofocón me dieron ganas de ir al baño a refrescarme. Al salir me inclino un poco para arreglarme las medias caladas y en ese momento oigo a mis espaldas un rugido y me enderezo rápidamente. Miro hacia atrás y veo a dos demonios encendidos que extendían sus manos hacia mí mientras gritaban “¡¡Qué polvo, qué polvo!!”
Huí rápidamente mientras pensaba que no cabe duda de que el disfraz nos quita la máscara…

Un rato más tarde a mi maridito le entraron ganas de ir al baño y le dije como quien no quiere la cosa: “Ten cuidado, que el camino está peligroso”
Algo debió ver en mi mirada porque se quedó a mi vera, juntitos y abrazaditos los dos, espumas y terciopelo…

Un besito de tu amiga,
Lapares